Me hice ingeniero técnico por la USAL, y posteriormente ingeniero industrial por la UC3M. Una vez terminada esta primera formación básica, me dediqué a dar tumbos por las empresas hasta que por fin pude trabajar en automoción, ¿qué más podía pedir un enfermo del motor como yo?
Está claro: seguir aprendiendo.
En cuanto a otras aficiones, el deporte es lo mío. Las carreras de obstáculos, como la Farinato Race, me dan la vida.
Tampoco le hago ascos a una vuelta en moto por Madrid y alrededores.