Hoy en HablemosDeCoches vamos a hablar del coche de los que iban de modernos en los 90 (es decir, que ya peinan canas). Hoy os vamos a contar por qué molaba tanto el Renault Twingo.
Renault Twingo, para los modernos de antaño
Los 90 estaban arrancando y el cantante de Nirvana aun no tenía la mente dispersa. Sonaba Smells Like Teen Spirit y todo el mundo quería ser el más moderno en la nueva década, la última del siglo XX.
El movimiento de población de los pueblos a las ciudades ya estaba en marcha, y esa gente que se mudaba a Madrid, Paris, Londres, Albacete o cualquier otra gran urbe, necesitaba coches que gastasen poco, se aparcasen bien y que no necesariamente corrieran mucho, por lo que todas las marcas de coches se lanzaron a satisfacer esta demanda y pillar toda la pasta que pudieran.
Renault ya tenía un coche que cumplía con estas características, pero tenía un problema, y es que no tenía un aspecto suficientemente moderno, porque se trataba del Renault 4.

Había que lanzar algo moderno, fresco y que sonara guay, y para eso llegó el Twingo.
El bailongo Twingo
El Twingo es un coche muy particular: no sólamente es feo con cojones, además consiguieron ponerle un nombre igualmente feo, y eso lo convierte en un coche muy coherente.
¿Por qué lo llamaron Twingo? Por hacerse los guays: Renault mezcló los nombres de tres bailes conocidos en todo el mundo, el Twist, el Swing y el Tango, y de ahí se sacó la palabra Twingo, que como declararon a la prensa “no debería sonar mal en ninguna parte del mundo”. Los cojones.

En 1993 el coche llegó al mercado, a la vez que lo petaba Alejandro Sanz con “Si tú me miras” (no pinchéis en el enlace, que os lleva a la canción y lo mismo os salta el antivirus).
Se veía claramente que estaba pensado para el público modernete que pasaba de correr, porque partía de los 55 cv, y el más potente tenía 75 cv. No obstante montaba de serie cuadro de instrumentos digital, y ningún otro Renault lo hacía.
Los colores eran de lo más cantoso que había en aquella época (e incluso hoy en día).
Puede parecer que tenía poca potencia, pero si tenemos en cuenta que era un coche de sólo 800 kilos nos daremos cuenta de que en efecto, era muy poca potencia.
Twingo Williams, el más macarra
Como el coche no tiraba, no era el objeto de deseo de ningún macarra, pero existió una versión muy especial.
En aquella época si eras un macarra y te querías comprar un Renault la opción estaba clara: te comprabas el Clio Williams y te ibas a hacer trompos a un descampado. ¿Por qué no hacer un Twingo Williams?
En efecto, Renault le metió un motor de 145 cv y lo puso a punto para hacer el bestia con él. Imaginaos si era un coche bestia que el único que se fabricó se lo quedó un piloto profesional: Didier Auriol. Aunque con el tiempo se lo vendió al millonario Carlos Pumanator, quien de vez en cuando lo usaba por las calles de Montevideo.
Una auténtica pena que no hicieran más. Tendremos que contentarnos con las 3 generaciones que conocemos, y el eléctrico que acaban de sacar.
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3 comentarios en «Renault Twingo, el modernete de los 90»
Un artículo muy interesante. Las coches antiguos son vehículos geniales que recordar. Son muchas las personas que les gusta coleccionarlos. Estos vehículos se pueden adquirir en subastas a un precio mucho más bajo y en perfectas condiciones. ¡Nos encantan!
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Sinceramente, a parte de feo, no quisiera pensar en una colisión frente a frente con el.
Un saludo desde elcocherista.com
Seguramente salga peor parado el Twingo que tú. Incluso aunque tú vayas en bici.