El famoso ciclo WLTP

Hoy en HablemosDeCoches vamos a hablar de cómo justifican las marcas los consumos de los coches que nos venden, y de cómo y por qué hacen trucos de trilero. Hoy hablamos del ciclo WLTP.

Pero antes, ¿qué es el ciclo NEDC?

Lo primero es lo primero, antes de hablar del ciclo WLTP debemos hablar del NEDC. Hasta septiembre de 2018 los coches que se homologaban para venderse en España, lo hacían en base a una prueba para calcular su consumo que se llamaba ciclo NEDC. Consistía en un ciclo de conducción en un banco de rodillos, con una serie de aceleraciones y deceleraciones.

Cada vez que veías en un catálogo que un coche gastaba 4.5 litros a los cien, alguien había seguido este ciclo en un laboratorio con ese coche, y la cifra había salido de ahí.

Marcas en modo trilero, ¿dónde está la bolita?

Ahí empezaba el cachondeo, resulta que el ciclo NEDC ni se parecía a la conducción que haces normalmente en tu coche. Ni tú ni nadie. Las aceleraciones eran extremadamente suaves, y los consumos que salían eran bajísimos.

Para colmo de males, las marcas adaptaban los coches a este ciclo, y así conseguían que sus coches se homologasen con consumos extremadamente bajos.

Hubo marcas, como Mercedes-Benz, que conseguían homologar los coches con un consumo que de media era un 40% inferior al real según ciertos estudios.

Es una desviación de cojones, se mire por donde se mire.

Pero las marcas no hacían esto por mero marketing, para poder decir que sus coches gastaban menos de lo que era real. Al final todo el mundo sabía que ese consumo no era realista. El negocio real estaba en el impuesto de matriculación, que se calcula en base a las emisiones de CO2 del vehículo, y por tanto es proporcional al consumo. Gracias a esta trampa, las marcas han evitado que los estados recauden muchos millones de euros de impuestos, y también que se vendan más coches. Y que sus accionistas estén contentos.

La respuesta, el ciclo WLTP

A partir de septiembre de 2018 todos los coches que se vendan en España deben homologarse siguiendo el ciclo WLTP, que no tiene nada que ver con el antiguo NEDC. Se hace en carretera abierta, y guarda bastante más en común con la conducción normal que el antiguo, así que si las marcas quieren adaptar los coches al ciclo deben adaptarlos a la conducción real.

De esta manera se consigue que el impuesto de circulación esté adaptado al consumo real del coche, y los juegos de trilero se quedan para otros ámbitos.

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Por eso, en agosto de 2018 los descuentos que hacían las marcas para venderte sus coches antiguos eran una puta bestialidad. Hasta el 40% del precio en algún caso.

Esto ha perjudicado sobre todo a los fabricantes que más trampas hacían, que son los que más han visto aumentados sus precios por el impuesto de matriculación que tienen ahora.

¿Y ha servido de algo?

Pues parece que sí. España se encuentra en una situación de déficit estructural bastante jodida, que hace que la Unión Europea le tire de las orejas cada dos por tres, le exija recortes y le dé un poco por el culo cada vez que hay ocasión, por lo que cualquier ingreso le viene bien al Estado, y después de cambiar el ciclo de homologación la recaudación del impuesto de matriculación ha subido un 31%. Cada euro que entre a las arcas reduce el déficit. Lo malo es que sale de nuestros bolsillos, que somos los que pagamos los coches. Los pringaos…

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¿Conocías el ciclo WLTP? ¿Sabías que había este negocio detrás de las cifras de consumo de los coches? Cuéntanoslo en los comentarios, o a través de Facebook o Twitter.

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