En la entrada anterior os contamos los inicios históricos de Alfa Romeo y dejamos todas las piezas del puzle preparadas: una estructura financiera soportada por los bancos, una cierta experiencia fabricando coches y maquinaria pesada, una sección deportiva con Enzo Ferrari dándole caña, y a Vittorio Jano diseñando coches. A partir de aquí comenzó la época dorada de Alfa Romeo.
Los maravillosos años 30 de Alfa Romeo
Esta fue la mejor época en la historia de la marca. A partir de 1932 la compañía pasa a estar controlada por el IRI (Istituto per la Riconstruzione Industriale) y a dar beneficios.
Tras la Primera Guerra Mundial necesitaban darlos, como fuera. Así que la compañía dejó de fabricar grandes vehículos de lujo a mano y comenzó a fabricar coches más pequeños en cadena.
Por otro lado la sección deportiva se le entregó a Enzo, que la dirigió con buen criterio, obteniendo victorias y fama mundial. Y esto era muy importante, dado que el ambiente estaba muy enrarecido y las carreras tenían mucho trasfondo político, ya que estaban representando al fascismo italiano frente al resto del mundo y no querían perder bajo ningún concepto. El piloto estrella de la marca y por tanto héroe nacional era Tazio Nuvolari.
Alfa estaba a tope y comenzaron a explorar nuevas líneas de negocio, como camiones. Incluso se metieron en la industria aeronáutica fabricando motores de estrella de 9 y 18 cilindros. Es cierto que ahora la mayoría de aviones no monta este tipo de motores porque montan turbinas de gas, pero en aquella época era lo que lo petaba. Tanto es así que el 80% de la facturación de Alfa Romeo llegó a venir de los motores de avión.
Pero los años 30 llegaron a su fin y en 1939 Ferrari y Alfa Romeo se mandaron respectivamente a tomar por el culo el uno al otro, con lo que comenzó la aventura en solitario como marca de Ferrari, y el declive de Alfa Romeo.
Aun así, la década se despidió con el que probablemente sea el mayor piropo de la historia de la automoción, cuando Henry Ford le dijo a Ugo Gobatto (jefazo de Alfa Romeo en la época) una frase que quedará para la historia:
“Cuando veo pasar un Alfa Romeo, me quito el sombrero”
¿Os imáginais a un jefazo de alguna marca de coches diciéndole algo así al de otra marca a día de hoy? Es impensable.
Años turbios
Al finalizar los años 30 comenzaron los problemas de Alfa. La marca venía de hacer cosas increíbles, como un coche con dos motores al que llamaron Alfa Romeo Bi-Motore.
Pero en los años 40 llegó la Segunda Guerra Mundial, y como las fábricas se utilizaron para construir maquinaria bélica y armamento en general, fueron bombardeadas en repetidas ocasiones.
Después de la Guerra Alfa Romeo estaba tan tocada que tuvo que dedicarse a la fabricación de cocinas eléctricas. Hubo años en los que prácticamente construyeron menos de 10 coches.
Pero poco a poco fueron remontando, y de repente, y casi sin hacer ruido, apareció un coche con una de las señas de identidad de la marca, el Alfa Romeo 6C 2500 SS. Os dejo una foto para que veáis en el morro de qué estoy hablando.
Exacto, apareció la parrilla triangular en el morro, que a partir de ahí llevarían todos los Alfa Romeo que salieran al mercado hasta hoy.
En los años 50 Alfa recupera el concepto de gran berlina deportiva, y sacan al mercado el 1900. Un coche que se anunciaba con el siguiente eslogan:
“El coche de la familia que gana carreras”.
Si cogen un molómetro lo revientan.
Si quieres demostar al mundo que eres un friki pero con estilo, puedes hacerte con una de estas camisetas de Alfa Romeo y de paso colaboras con HablemosDeCoches.
Y lo vamos a dejar aquí por hoy. Hemos visto la mejor época de Alfa y probablemente la peor hasta la fecha, y su posterior resurgimiento. También puedes ver los inicios de la marca en la entrada anterior o ver el final de la historia en la siguiente entrada. En la siguiente entrada veremos algún otro modelo mítico, pero hasta entonces puedes dejar un comentario o escribirnos a través de Facebook, Twitter o Google+.