Hoy os traemos la última entrada sobre los óxidos de nitrógeno y las estratagemas que utilizan los fabricantes para acabar con ellos. La última de todas las que vamos a comentar es la reducción catalítica selectiva, que como podéis imaginar es un nombre con poco tirón comercial, así que se llama comúnmente inyección de urea o AdBlue.
¿Reducción catalítica selectiva? No hablo tu idioma
Esto es HablemosDeCoches, y como ya sabéis los que conocéis el blog nos gusta hablar en un lenguaje llano, y que permita que todo el mundo pueda entender cómo funcionan esos trastos que llenan nuestras carreteras. El problema viene cuando hay que hablar de química, porque los químicos tienen su propio idioma y es difícil de traducir. Entonces, ¿qué quiere decir eso de reducción catalítica selectiva? Vamos por partes:
Reducción
Los químicos llaman reducción a una reacción en la que uno de los reactivos gana electrones. ¿Y en mi coche cuáles son los reactivos? Fácil pregunta: los gases de escape. Es decir: queremos provocar una reacción en la que algo gane electrones dentro de nuestro tubo de escape.
Catalítica
Esto quiere decir que debe haber un catalizador de la reacción. O lo que es lo mismo, debe haber algo que esté en contacto con los gases de escape para facilitar la reacción química de reducción.
Selectiva
Esta es fácil. La palabra “selectiva” en este caso se refiere a que, de toda la mierda que circula por el tubo de escape, sólo queremos que reaccione una parte concreta: Los óxidos de nitrógeno.

Y traduciendo al castellano…
Vamos a resumir lo que pasa en la reducción catalítica selectiva haciéndolo un poco visual. Imaginémonos un tubo de escape. Por un lado entra todo lo que suelta nuestro motor: monóxido de carbono, dióxido de carbono, agua (sí, los motores sueltan agua), carbonilla, NOx, discos de Pitingo y mierda en general.
Todo eso entra corriendo, y quiere salir por el otro extremo rápidamente, a la atmósfera, pero nuestro coche, que no quiere contaminar, tiene que darle unos electrones (reducción) a los gases de escape, concretamente a los óxidos de nitrógeno (selectiva) para que se conviertan en otra cosa menos dañina (concretamente N2).
Pero como decimos, los gases van corriendo por el tubo tan rápido como pueden, así que hay que poner “algo” que haga que la reacción de reducción se realice más rápidamente, normalmente platino, que actúa de catalizador (catalítica).
El famoso AdBlue
Teniendo más o menos claro lo que tiene que pasar dentro de nuestro tubo de escape, ahora la pregunta es cómo lograr añadir esos electrones a los NOx. Para hacerlo se les hace reaccionar con otro producto químico, concretamente el AUS32, o como lo llaman en las gasolineras: AdBlue.
El AdBlue es una disolución de urea en agua. De hecho AUS32 significa Aqueus Urea Solution. Urea. Pis. Disuelto en agua.

Bueno, a decir verdad no es exactamente eso, pero químicamente no es demasiado distinto, y en cierto modo es bonito pensar que los coches llevan un pequeño depósito de pis.
Este AdBlue podemos repostarlo en las gasolineras, en un surtidor especial (no se reposta directamente del señor gasolinero), y llena un depósito pequeño que llevan los coches diésel.
Cuando el motor está funcionando y salen gases a través del tubo de escape, el AdBlue se inyecta, y en presencia del platino tiene lugar la reducción catalítica selectiva, lo que hace que la cantidad de NOx que se emite se reduzca en un 70-95%. De este modo los diésel modernos emiten una cantidad de NOx mucho menor que la que emitían los antiguos.
Críticas al AdBlue
Hay mucha gente que habla mal del AdBlue, y por varios motivos:
Averías
A los ingenieros nos enseñan en las facultades que las cosas, cuanto más complicadas, más sitios tienen por dónde joderse. Por eso añadir un sistema de inyección de urea a un coche, se puede interpretar como añadir más piezas con posibilidad de averiarse (y no son baratas). Lo típico es que el AdBlue forme cristalitos dentro de los conductos o el inyector, y los tapone, con el inevitable paso por taller.

Repostajes.
Mucha gente critica que el AdBlue es otro depósito más, que tienes que repostar también y que te hace incurrir en gastos que no tendrías por qué tener (si te diera igual ir generando cáncer de pulmón allá por donde vas, claro). Contra esto sólo se puede decir que el consumo de Adblue es entre el 3 y el 5% del consumo de combustible, y que el litro sale bastante más barato.
También puedes comprarte una garrafa y repostarlo tranquilamente en tu casa.
Lógicamente, hay alternativas a la urea. En plantas industriales se realizan reducciones catalíticas selectivas utilizando anhídrido de amoniaco, que es más barato. Yo personalmente prefiero no acercarme a ese producto, porque es tóxico y explosivo, pero a lo mejor se puede sustituir el AdBlue de los coches por él. Aunque no voy a hacer la prueba por ahorrar unos céntimos.
Y se acabó
Con este artículo, se terminó el hablar de óxidos de nitrógeno, que bastante chapa hemos dado ya. La próxima vez que hablemos de mecánica será para sorprenderos con una locura de cacharro. Hasta entonces, podemos hablar de mecánica en los comentarios de esta entrada o de las partes 1, 2 y 3 de este artículo. O también en Twitter o en Facebook.