Hoy nos toca hablar de alguien muy especial. Todos hemos visto alguna vez un Ferrari, aunque sea en un póster, y todos hemos fantaseado con conducirlo, pero… ¿Quién era Enzo Ferrari? Pues alguien tremendamente complicado, la verdad. Si quieres saber algo más sobre este Cavaliere Italiano, sigue leyendo.
El hombre que nació con dos días de desfase
Antes que ser una marca de ensueño y la escudería de Fórmula 1 más longeva, Enzo Anselmo Ferrari fue el niño de una humilde familia de Módena.
Enzo Ferrari nació en Módena el 18 de febrero de 1.898, aunque no pudieron inscribirle en el registro hasta dos días más tarde, porque había una tormenta que vete tú a hacer papeles si eso.
Alfredo, que así se llamaba el padre de Enzo, trabajaba con estructuras metálicas y fabricaba piezas de metal en su casa. E intentó aficionar a sus hijos Enzo y Dino a la ingeniería mecánica, pero ellos no manifestaban interés, por lo que con 10 años los llevó a ver una carrera al Circuit di Bologna que a Enzo debió impresionarle bastante, porque le hizo decidir que iba a ser piloto.
Cuando creció participó en la Primera Guerra Mundial, en un batallón de artillería, aunque se dice que lo único que hacía eran cuidados de los equinos.
En 1.916 su padre y su hermano murieron de fiebre tifoidea, y poco después, tras sufrir una enfermedad él también, fue declarado no apto para seguir participando en el ejercito, por lo que volvió a Italia y trató de unirse a FIAT, en Turín, donde menospreciaron su currículum y le rechazaron.
Enzo Ferrari: la estrella de… Alfa Romeo
Después del rechazo en FIAT, el joven Enzo no estaba en condiciones económicas de decir “pues ahora fundo mi propia marca, cabrones”, así que comenzó a trabajar en una pequeña empresa de automoción.

Compitió por primera vez en 1.919 en la Parma-Poggio di Berceto, una subida al estilo Pikes Peak, que no pudo terminar, pero debió despertar el interés de Alfa Romeo, porque al año siguiente, en 1.920, le contrataron para que llevase el departamento de competición, hasta que se acabó retirando del asfalto en 1.932, tras el nacimiento de su hijo Dino. Se dice que parte de esta retirada se debe a lo conmocionado que quedó Ferrari por la muerte de Antonio Ascari, uno de los pilotos de Alfa, pero de eso habían pasado ya 7 años, porque falleció en 1.925.
La Scuderia Ferrari y el Cavallino Rampante
En 1.929 Enzo fundó la Scuderia más famosa de todos los tiempos, y lo hizo juntando bajo su ala a unos 40 pilotos.
Como es lógico, los coches que llevaban los pilotos de la Scuderia eran Alfas, ya que aún no se había fundado la marca.
Y esto dio lugar a una de las cosas más curiosas de la historia de Ferrari: y es que el mítico emblema con el Cavallino Rampante lo lucieron primero los Alfa Romeo de competición.
Este emblema tiene una historia propia, y es que unos años antes, el piloto de combate Francesco Baracca le regaló un colgante con un caballo a Ferrari, y lució este dibujo en los aviones que pilotó. Finalmente murió en combate, y Enzo quiso usar el emblema en la Scuderia. ¿Cómo iba a saber lo importante que sería este logotipo posteriormente en automoción?
En 1.933 Alfa Romeo está a punto de dejar la Scudería, pero gracias a la intervención de Pirelli vuelve a apoyarles, y esto les permite competir de tú a tú con los gigantes alemanes de la época: los Mercedes-Benz y los Auto Unión. A los que la Scuderia les dio una lección en casa en 1.935 de la mano de un piloto mítico de Ferari: Nuvolari. ¿No te suena este nombre? Pues tiene hasta su propia curva en el Circuito del Jarama.
Ferrari y Alfa Romeo se mandan directamente al carajo
Una cosa que aun no hemos mencionado es que Enzo Ferrari tenía un carácter… Emmm… Difícil, por decirlo amablemente. Debido a esto, en 1.939 tuvo tal discusión con la dirección de Alfa Romeo que salió de la empresa y fundó la suya propia, Auto-Avio Construzioni, que se dedicaba a suministrar piezas a equipos de competición.

Ferrari había firmado una cláusula a su salida de Alfa por la que no podía diseñar ni construir coches hasta 1.943, pero bueno… En la Mille Miglia de 1.940 ya tenía dos coches propios compitiendo. ¿Quién o qué iba a impedirle hacerlo?
Pues una razón de peso: La Segunda Guerra Mundial. En la segunda entrada entrada os contamos cómo sobrevivió a ella y comenzó la historia de la marca que todos conocemos. Y en la tercera entrada contaremos el resto de la vida de Enzo.
¿No es suficiente Ferrari para ti? Pues échale un ojo a este otro.